¿Se ha perdido la institucionalidad
del café?
Por: María Paula Morales Prieto
La historia perdura en el tiempo igual que sus instituciones base de muchas sociedades, la FNC ha logrado la importancia de reconocer el valor institucional del café que hoy se refleja en miles de cafeteros.
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Caracterizada por ser una de las instituciones más importantes de la economía colombiana con 97 años de trayectoria, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia ha sido fundamental para el desarrollo de la principal actividad del sector rural. Creada por los mismos caficultores, forjando a través de investigaciones, cooperaciones y grandes esfuerzos una identidad con factores diferenciadores de las demás organizaciones del mundo, ganando también prestigio por su eficiencia y resultados óptimos.
La institucionalidad que ha construído para el café se ha creado durante el tiempo, dejando la siguiente frase como lema: “soy capaz de unir y construir”. Esta hace referencia a que el trabajo humano desde el proceso de producción, recolección, tratamiento y distribución se cultive en las generaciones como una tradición familiar, además de ver el café no solo como un sistema de producción, sino como una cultura identitaria de todos los colombianos, incluyéndolos también en las decisiones tomadas dentro de la institución, logrando así una democracia entre todo el gremio.
Por estas razones, la organización cuenta con un valor fundamental en el país que con el tiempo ha perdido su principal objetivo. Alba Lucero Rodríguez es una mujer amante del café, que actualmente representa a la ONG Agro renacer cafeteros de Colombia, pero tuvo su primera experiencia desde la casa Federación Nacional de Cafeteros.
Lucero, cuéntenos un poco de cómo llegó usted a la FNC y cómo a medida del tiempo, se ha modificado para ser hoy casi a sus 100 años, una institución fundamental para el país…
La Federación Nacional de Cafeteros inició en el departamento de Antioquia con una iniciativa de uno de esos antioqueños paisas de mucho valor dentro del gremio, uniendo a sus amigos para hacer un ejercicio diferente. Esta institución ha sido clave para el país, le ha ayudado muchísimo, ha hecho más que el mismo Estado en su momento, ha tenido desde 1927 este objetivo de generar la tranquilidad y prosperidad de las familias cafeteras de Colombia.
Estamos con 550.000 familias aproximadamente, no todas ceduladas, tenemos una nueva base un nuevo registro a partir del trabajo que estamos organizando con la ONG Agro renacer, además es un momento oportuno para hacer esta transición y desarrollar nuevos proyectos dentro del proceso cafetero incluyendo a la primera, segunda y tercer ola generacional.
Es importante saber que Colombia tiene uno de los mejores granos, esta Etiopía, Costa Rica y Colombia, pero que también es importante que tengamos alrededor de esa taza de café la cultura, qué ha sucedido con el café a través de la historia, y cómo ha generado momentos tan importantes en nuestro país de prosperidad de abundancia y de bonanza si podemos decir.
Nos hablaba anteriormente de la cultura que ha generado el café, ¿cómo logra la Federación generar una sostenibilidad entre el aspecto social y económico?
La Federación Nacional de Cafeteros es de los cafeteros, es de Colombia, es de todos, tiene tres componentes, ahora cuatro: el económico, el social, el ambiental y el último de gobernanza. Estos han sido bastante valiosos, debemos reconocerlos a sí mismos y que el triángulo que se mueve en el mundo es indiscutiblemente muy interesante, el café es un tema de globalización, es un idioma universal.
Colombia ha desconocido durante todos los años el valor del café en sí. Desde el abuelo hasta el nieto, el café tiene un valor adquisitivo que presenta solución en todos los espacios; la Federación venía haciendo un trabajo bueno e interesante, hay que reconocer el trabajo que ha hecho, podemos valernos de una frase política “construir sobre lo construido” sí vale la pena, las bases no se pueden perder, las bases en cuanto a los lineamientos, los conceptos y el objetivo que se tenía, porque es muy sano y bueno, se hizo el ejercicio mundial de darnos a conocer y se olvidó hacer el ejercicio dentro de las familias, generar una prosperidad, y formarlas como empresarias del café y no simplemente producir.
¿En qué momento cree que la Federación obtuvo su mayor desarrollo a nivel interno como organización y además a nivel social y cultural como institución en la historia colombiana?
Dentro de la Federación hay que exaltar en el año 1978 en el gobierno del presidente López se generó la prosperidad o bonanza cafetera, se adjudicó a los caficultores la propiedad de sus tierras, también las vías férreas donde los trenes llevaban en mínimo tiempo el café a los puertos, esto generaba agilidad al proceso; en este momento la brecha más grave que tenemos dentro del proceso de enriquecimiento hablando del tema de café, es el acceso a las vías, para un caficultor puede durar 3 o 4 días en su mula tratando de sacar el café.
Antioquia se ha visto afectada con la disminución de hectáreas de café, cómo recuperar esto, tenemos todo en Colombia para volver a ser pioneros en tanto cantidad como calidad, haciendo un ejercicio muy responsable en las partes de los gobiernos, el país necesita que el gobierno se incluya en el proceso.
¿Cree que los comités de cafeteros son suficientes y capaces de generar posibles soluciones para la cantidad de personas que buscan un apoyo de esta entidad?
Existiendo 500 cooperativas en el país, la Federación desde 1927 cada 5 años iba generando una figura la cual generó un proceso de articulación interdisciplinario muy importante, tiene Almacafé, Cenicafé y Juan Valdez, cada propuesta se iba generando cada 5 años.
Las familias cafeteras ya deberían empezar con la duda, cómo generar esa dosis de, “bueno y ¿cómo yo mejoro mi negocio?, respecto a las cooperativas fueron funcionales en un momento, la Federación debe entrar en un ejercicio también de hacer propuestas de impacto, no podemos seguir jugando a tener intereses personales porque no se trata de eso, se trata con toda la responsabilidad de asumir de que sí les fallamos, le fallamos a las familias, le fallamos a la juventud, le fallamos a los niños y le fallamos a la educación, perdiendo todos los bienes que tenía la Federación.
El conocimiento de un factor de rendimiento, de una humedad, de la trazabilidad de yo ¿cómo voy a cultivar mi café? y las tierras están indicadas, los cafeteros tienen un buen café, excelente café, pero al llegar a la evaluación de una cooperativa, tienen tantos defectos y no se les paga, no se aplica lo del precio justo.
"tenemos todo en Colombia para volver a ser pioneros en tanto cantidad como calidad, haciendo un ejercicio muy responsable en las partes de los gobiernos, el país necesita que el gobierno se incluya en el proceso"
Mencionaba anteriormente unas organizaciones que buscan expandir la cultura cafetera, como lo son: Almacafé, Buencafé, FMM, Juan Valdés, Parque del Café entre otras; ¿cuáles son otras funcionalidades y objetivos de estas, qué falta mejorar?
Las propuestas son perfectas. Hay que hacerlas sí producen resultados, ¿cuál es la dificultad?, ¿cuál es el problema realmente?, que nunca se incluyen las familias, que no están en inmersos los jóvenes, podemos hablar de intereses personales, podemos hablar de que se beneficiaron ciertas familias en Colombia de estos resultados, hemos tenido y tenemos la experiencia maravillosa de estar en los territorios donde no va nadie a estar a las familias cafeteras.
Colombia tiene 22 departamentos cafeteros y están aumentando, zonas donde nunca salía el café, los procesos que ha generado la FNC y la Fundación Manuel Mejía son tan interesantes, esta fundación tiene un método de educación tan de impacto que se quedó, se perdió el horizonte, nos han hecho también creer que perdimos una identidad o que perdimos un derecho.
La Federación está acorralada en este momento, porque los cafeteros se dieron cuenta que el ejercicio no era de esa manera y pues están rodeados con equipos de trabajo personas, gente que ve el mundo del café, como un tema de abundancia, pero en todas las dimensiones no solamente el económico.
Ahora hablando de la cedulación cafetera, ¿cuál es el desarrollo positivo que adquiere el caficultor en el momento de ser beneficiario de las garantías brindadas por su institución, en comparación a aquellos que no cumplen con los requisitos pedidos?
La cédula cafetera en este momento Federación no sirve, no tiene ninguna garantía, siendo objetivos tenerla o no tenerla no cambia nada, entonces esto indica que se debe realizar un cambió en un gobierno que tiene como negocio personal el café.
Las nuevas variedades, los nuevos cafés deben ser implementados inmediatamente, la propuesta de crear un nuevo convenio a 100 años en el tema cafetero es importante, porque simplemente le dijeron al cafetero “usted solamente cultiva lo que en la Federación nos sirve para exportar”, es una castración cerebral decirle al cafetero, “usted solo trabaja, el precio lo pongo yo, las condiciones las pongo yo y usted es el esclavo”.
Por ejemplo, no conocemos cafeteros ricos y eso es algo que nos deja impactados, sabemos el tema de Costa Rica uno de nuestros mayores aliados, allí los cafeteros tienen más oportunidades, una leyes muy diferentes además el gobierno no está metido, ni maneja el tema de las personas que trabajan el café y eso es lo que ha llevado a que sean más prósperos y más productivos.
Las crisis generan la ruptura y la creación de oportunidades, a Colombia le espera mucho futuro cafetero, las generaciones actuales deben hacerse cargo de cómo quieren que la cultura creada por el café siga en la historia del país y además de no dejar perder su valor diferencial ante el público consumidor del mundo.